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ahora ya nítidamente de tierra, co-
menzaremos a ascender hasta pa-
sar junto a un aljibe de nueva cons-
trucción para albergar agua.
Si elevamos la vista hacia el cielo es
posible que hayamos podido con-
templar la silueta de buitres negros
y leonados, o aquellos parientes
menores, los milanos reales. Con
un poco más de suerte y la ayuda
de unos prismáticos algunos con-
templan el majestuoso vuelo de las
águilas calzadas y las águilas reales
y un sinfín de pajarillos nos habrán
visto a nosotros entre las ramas de
los árboles nombrados o los más
pequeños ejemplares de arce de
Montpellier que habremos visto ya hasta el mencionado área recreativa
en la charca. A todos ellos les habrá donde podremos disfrutar en el me-
avisado el arrendajo con su escan- rendero, antes de continuar el cami-
daloso graznido. no hasta el mirador o tomar el cami-
no que parte hacia la derecha y que
Continuando la subida por el cami- nos ha de llevar de vuelta a nuestro
no, encontraremos varios hitos más punto de partida acortando el tra-
que terminan desviándonos hacia zado y donde desembocaríamos a
la derecha, flanqueados a un lado aquella primera señal que nos avisa-
por una alambrada y al contrario por ba de la proximidad del área recreati-
ocasionales vistas a la Sierra de Bé- va, cuando comenzamos a caminar,
jar y Candelario y pasamos junto a poco antes de haber alcanzado el
un mueco para marcar y sanear el misterio de la tortuga. Desde allí, ya
ganado, mientras el bosque clarea sabemos cómo encontrar la salida.
hasta que llegamos a una nueva
Película Akelarre disyuntiva, que nos ofrece girar a Bravo por estas iniciativas que se-
la izquierda, atravesando otro paso ñalizan caminos que eran descono-
cidos para el público foráneo.
canadiense y que nos ha de llevar
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